Valse Criollo

Valse Criollo
Valse Criollo

Baile y música que según algunos estudiosos del tema llegó al Perú  a mediados de los ochocientos, su origen puede encontrase en el waltz austriaco, llegando a nuestra patria en momentos que la primera República  sufría álgidos problemas, relacionados a la  Confederación Peru Boliviana.

En esa época en los salones se bailaba la mazurca, la cuadrilla y la jota, con la llegada del vals vienés, los salones comenzaron a acoger este nuevo ritmo, que sufrió algunos cambios en su ritmo y en el estilo bailar, hecho que permitió adentrarse en el corazón del limeño, compitiendo con otro baile muy popular como fue la polka.

Los pasos se convirtieron en repicados y cortos, con giros  vertiginosos, que era  lo que inicialmente caracterizaba al baile lo que fue catalogado como baile impúdico, llegando a los extremos de prohibírsele su difusión.

Manuel Acosta Ojeda, gran compositor y estudioso del valse dice: “El elemento central de la música «criolla», o mejor «costeña» es el «valse». Y es que criollo sencillamente es «no nativo». Por lo tanto, también es «criolla» la música andina o selvática, mestiza, que no es autóctona. El origen está en la voz: «creole» que se usaba en Haití para denominar un dialecto mezcla del francés y algunos idiomas africanos.
Luego se aplica al negro esclavo nacido en las colonias, fuera de la tierra de sus padres. Entonces el primer criollo que llega al Perú es el negro. Y se le llama así hasta que nacen aquí hijos de españoles, a los que se les llama «criollos». Y el pobre negro pasa a ser «pieza de ébano» o «mandingo».
Los criollos verdaderos jamás dijeron: «valsecito criollo», ya que para ellos el «valse» era, no sólo un objeto de «jarana», era más que nada un sentimiento muy puro, de ternura, de amor y sobre todo de tristeza. Tampoco le llamaron «vals» para que no se confundiera con la palabra germana «Waltz».
Me he enterado que la voz «Waltzen» quiere decir, danzar el «Waltz». Pero «Waltzen», que se pronuncia «veltzen», significa dar vueltas, pero revolcándose! O sea que en Viena, donde se dice que nace el «Waltz», la aristocracia veía escandalizada en este baile, como que la pareja estaba revolcándose de pie”.

“…..Nos parece que los principales creadores de nuestro valse son: Justo Arredondo, Felipe Pinglo, Víctor Correa, Manuel Covarrubias, Filomeno Ormeño, Pablo Casas, Alcides Carreño, Nicolás Wetzell, Laureano Martínez, Eduardo Márquez Talledo, Serafina Quinteras, Amparo Baluarte, César Miró, Sixto Prieto Franco.
Luego Pedro Espinel, Máximo Bravo, Ernesto Soto, Samuel Joya, Francisco Reyes Pinglo, Lorenzo H. Sotomayor, Augusto Rojas Llerena, Elsiario Rueda Pinto. Por 1950, aparecen Miguel Correa, Rafael Otero, Erasmo Díaz, Abelardo Núñez, Chabuca Granda, Mario Cavagnaro, Adrián Flores Alván, Adalberto Oré Lara, Jorge Huirse.

Finalmente, Augusto Polo Campos, quien escribe estas líneas, Emilio Peláez Montero, Alicia Maguiña, Félix Pasache, Pedro Pacheco, Juan Mosto y José Escajadillo. Faltan muchos autores provincianos cuyos nombres se han perdido”.

El acompañamiento musical se realiza con instrumentos de cuerdas (guitarras), antiguamente se utilizaban las mandolinas y el laúd, también con el piano, saxofón alto, clarinete, flauta traversa e instrumentos de percusión como el cajón y bongó.

El baile es de pareja, que puede organizarse en grupos de parejas cuya coreografía puede ser en base a las mudanzas de la cuadrilla, manejando en algunos momentos las características propias del valse peruano de pareja independiente.

La vestimenta puede ser la actual, terno yen el v arón y vestido; algunos grupos tratan de utilizar vestimentas del siglo XIX, la de inicios del siglo XX.